Romanticismo


Romanticismo

La libertad guiando al pueblo por,
Eugene Delacroix
El Romanticismo es el movimiento artístico, cultural y literario que se produjo a finales del siglo XVIII en Inglaterra y Alemania, extendiéndose luego a otros países de Europa y América. Romanticismo se caracterizó por la exaltación de la libertad, la individualidad, la subjetividad y la sentimentalidad, frente a la objetividad y el racionalismo del pensamiento de la Ilustración, además de un fuerte rechazo a la tradición clásica proveniente del Neoclasicismo.

Literatura

El Romanticismo tuvo su expresión en la literatura de la época. Se caracterizó por reaccionar al clasicismo tradicional y al racionalismo; por impulsar renovaciones formales tanto en la poesía como en la narrativa y el teatro; por el interés en temas populares, nacionales, históricos y fantásticos; por su defensa de la libertad y de la originalidad creadora, y por el gusto por lo exótico y su culto del subjetivismo y el idealismo.

Música
La música no podrá permanecer al margen de todas las revoluciones que tuvieron lugar. El Romanticismo literario se extenderá como la pólvora entre los músicos, quienes parecen tener en su mano la mejor de las formas de expresar lo que el romántico desea: lo inexpresable, lo infinito.

Arte

El romanticismo en el arte, como en la literatura, comparten las mismas características de predilección por la individualidad, la subjetividad y la exaltación de los sentimientos, la libertad, lo exótico y lo sobrenatural.
Estrellas Gemelas por
Luis Ricardo Falero
Luis Ricardo Falero
Fue un pintor romántico español. De gran talento, siguió a los clásicos, pero tamizado con las temáticas mitológicas, literarias y orientalizantes propias del romanticismo. Estudio además química e ingeniería industrial, probablemente inspirado en Nicola Tesla y sus asombrosos descubrimientos, pero por lo visto sus experimentos resultaron tan peligrosos que decidió exclusivamente el arte en Londres. Sus temáticas más utilizadas fueron desnudos femeninos, muy orientalizados, como marcaban los cánones del romanticismo que ya arrasaba Europa.

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