Neoimpresionismo


Neoimpresionismo
Movimiento artístico surgido en Francia entre 1886 y 1891. Después del Impresionismo y gracias a las nuevas tecnologías de impresión como la fotografía y el descubrimiento de la cuatricromía, que permitía obtener una infinidad de colores a partir de la mezcla de los cuatros colores primarios, surge el Neoimpresionismo o Puntillismo, cuyos principales exponentes fueron Georges Seurat y Paul Signac. Estos artistas aprenden la lección impresionista pero aplican el color de una forma más controlada y menos espontanea. La pincelada es más corta, racional y estudiada.
Los neoimpresionistas se basaron en los estudios de color y en el principio de la división sistemática de tonos y concretaron sus trabajos mediante la técnica del puntillismo y el divisionismo, que consiste en la aplicación fragmentada del color. Cada zona pictórica que comparte un mismo matiz se trabaja con colores análogos pero de diferentes saturaciones, tintes y claridades.
George Seurat.
Estudioso de las técnicas pictóricas y las teorías acerca de la luz y el color. Participo en la fundación del Salón de los Independientes y fue el primero en plasmar en una obra la nueva técnica pictórica. Para poder evidenciar en sus obras todos los principios estudiados, fue disminuyendo progresivamente el tamaño de la pincelada hasta reducirla a pequeños puntos de colores puros y sin mezcla, que al fundirse en la retina del espectador  producían un efecto de gran luminosidad.
La mayor parte de sus obras se concentra en seis lienzos de gran formato muy trabajados cuya composición está claramente analizada  estudiada. Figuras en las que el volumen cobra importancia y las formas geométricas son la base de su construcción, todo muy lejos de la inmediatez y la fugacidad de los impresionistas.
"Un domingo de verano" por George Seurat
Esta es una obra con un tema también impresionista, una escena urbana de la vida cotidiana, intrascendente y trivial. Las figuras simulan maniquíes y se distribuyen en el espacio de una manera ordenada y rigurosa; en la composición general abundan las líneas diagonales que generan sensaciones de profundidad. Los diferentes planos están pintados todos con la misma nitidez y precisión. Para algunos críticos, esta pintura se va alejando de la realidad y se convierte en una obra simbolista que hace una denuncia a esa sociedad decadente.

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