Impresionismo
El impresionismo es
un estilo pictórico que se origina en Francia, en la segunda mitad del siglo
XIX. Se caracteriza por su persistente experimentación con la iluminación
(similar al luminismo). El manejo de la luz se considera como un factor crucial para alcanzar
belleza y balance en la pintura.
Los cuadros
impresionistas se construyen técnicamente a
partir de manchas bastas de colores, las cuales actúan como puntos de una
policromía más amplia, que es la obra en sí. Por ello, al observar los lienzos
es necesario tomar cierta distancia, para que aparezcan las luces sombras y
figuras.
Torero Muerto de Edouard Manet |
Durante finales del
siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX, suceden las transformaciones
siguientes: revolución industrial, revolución francesa, imperio de Napoleón,
restauración de los movimientos sociales y las reformas burguesas.
Música
La música impresionista es un género
musical que despierta en Europa en el último cuarto del siglo
XIX influenciado por los pintores impresionistas franceses y por la poesía
de Paul Verlaine, Charles
Baudelaire y Stéphane Mallarmé, y cuyo principal representante es Claude Debussy.
Literatura
La
literatura impresionista se caracterizaba por centrar su atención en la vida
mental de los personajes. Esto incluía la narración de sus apreciaciones de la
realidad, sus sentimientos, sus sensaciones y emociones.
Estilo
El estilo se clasifica como la primera ruptura,
en los cuadros de los inicios del siglo XIX, no se valoraban los paisajes ni
los bodegones, por lo tanto el impresionismo, no sólo abre los ojos del
espectador a la técnica, sino que también a la variedad de formas y la captura
de paisajes cotidianos vistos desde las más ingeniosas perspectivas. Los
colores son puros, poco mezclados y se conjugan en formas
de un naturalismo extremo. Las pautas que consuman esta tendencia son:
el movimiento del paisaje, la naturalidad de las formas y la pureza.
Edouard Manet
Olympia por Edouard Manet |
Edouard Manet no fue en realidad un impresionista, aunque sin él no
habría impresionismo, movimiento que copio su novedosa técnica y sus inéditas
temáticas. Manet no entro en dos ocasiones en la Escuela Naval y decidió
hacerse pintor. Siguiendo a los grandes maestros de la pintura, se copió
prácticamente todo el Louvre, pero su rollo era realmente el Barroco Español,
así que viajo a este país, donde pudo ver directamente las obras de sus
admirados Murillo, Zurbarán y sobre todo, el grande entre los grandes, Diego
Velázquez.
Comentarios
Publicar un comentario